lunes, 19 de mayo de 2014

Situación embarazosa


“Ana tiene quince, niña se le vino un problemón. Algo está creciendo, en su vientre hay algo en expansión…                        Ana no lo cuenta, Ana llueve llanto en su colchón. Y hay que ser discreta, ropa suelta esconde la ocasión. 
Se siente morir, pobre Ana no quiere vivir. Si en casa la descubren, la corren la azotan, la matan.                                           Por cierto en casa de Ana, claro nunca hubo comprensión. Lo que más lamenta Ana, es que nunca hubo educación…”  (Maná).
Hoy en día nos parece común ver una mujer adolescente embarazada. Tanto para la madre y niña o niño, el embarazo sería más que inoportuno.  Para la madre, porque es una joven con intereses naturales de su edad y un cuerpo que aún no ha terminado de conformarse. Para el bebé porque necesita una madre con todo lo que ello significa.                                                                                                                                                                         Considerando lo expuesto, interpreto que las jóvenes adolescentes embarazadas, y hablo de las chicas debido a la ausencia de los varones en gran parte de los casos, poseen un gran y natural desconocimiento de lo que significa la maternidad y la crianza de un hijo.  Seguramente podría haberme ocurrido esta situación si desde los 9 años en el colegio al que fui, no me hubiesen dicho que tenía que amar y respetar mi cuerpo de tal manera que así se los exigiera a los demás. Y,  a la edad de 11 años, no me hubiesen hablado del tema mis papás o mis maestros. Entre las cosas que me enseñaron algunas fueron: el uso de los distintos métodos anticonceptivos, la importancia de que cuando tuviera sexo lo hiciera por amor y no con cualquier  pibe, entre otras.                                                                                                                                                                               Creo que la educación sexual es fundamental en la prevención y en el embarazo precoz. Es por eso que los padres en el seno familiar, los docentes en la escuela y  la sociedad en su conjunto, debemos estar preparados para contener, guiar y  acompañaren estos cambios imparables.  Hay falta de información y formación sobre la sexualidad de los adolescentes. El futuro de la mamá adolescente y el de su bebé, es un compromiso de todos.                                     Según Sandra Merino, a cargo de la Sección Adolescencia de la provincia,  “ la mayoría de los embarazos  no son planificados. La educación sexual, se enseña cada vez más pero el problema no es el 'qué' sino el 'cómo' se baja. No me parece que se entregue como si nada el material de lectura, sino que debe profundizarse en cómo usarlo. Es más, equipos de profesionales formados en esto deberían ser quiénes den los talleres a los chicos  porque sino cada establecimiento educativo hace lo que quiere y los jóvenes, en gran parte, no toman conciencia”.                                                                                                                                                      Aunque no soy mamá, pienso que uno de los más preciados milagros que nos da la vida, son los hijos. Por eso es propicio que lleguen cuando estemos preparados. La pregunta siguiente es ¿Cuándo estamos preparados? Cuando nosotros así lo creemos y así lo sentimos. Cuando nuestro raciocinio ha madurado lo suficiente para discernir y nuestro cuerpo lo suficiente para albergarlo. Cuando el amor y el respeto en la pareja permite criar al nuevo ser en un ambiente adecuado. Dar vida no es un juego. La joven mamá no puede  desde su abultada pancita gestante, ignorar que su hijo la va a necesitar íntegra, madura y durante toda una vida. Este es el pensamiento de quienes hemos brindado talleres de Educación Sexual en escuelas marginales, uniones vecinales, parroquias, plazas, etc. Generalmente no desde el Estado, sino a través de agrupaciones, instituciones, ONGs, fundaciones, entre otros, tanto para jóvenes como  para padres.                                                                                                                                                               
Noto que en San Juan muchos dicen aborto sí, aborto no. Ley de educación sexual sí, ley de educación sexual no, pero son pocos los que exigen políticas por parte del Estado para que acompañen y contengan a la mujer con un equipo de profesionales preparado. Aquí, sólo Gravida, servicio gratuito, brinda  ayuda a mujeres que cursan un embarazo inesperado, traumático o difícil.
                                                                                                                                                  Cada uno de nosotros somos responsables en nuestros ambientes. El docente, aconsejando a los alumnos en algún momento, el  comunicador social habilitando espacios en los medios  creando la noticia, el médico charlando la problemática para generar conciencia social. De más está decir que la familia es el lugar de mayor responsabilidad. Hablar de sexo en casa  no debe ser un tema “taboo”, porque es algo natural, y qué mejor que tratarlo con confianza en familia, con quiénes se suele “aprender a vivir”.                                                                                                                                          
                                                                                                                                                                               

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